lunes, 20 de marzo de 2017

Timeo

El Timeo (Τίμαιος) es un diálogo escrito por Platón en torno al año 360 a.C. Precede al Critias o La Atlántida, y es considerado por muchos como el más influyente en toda la filosofíaosteriores. Su contenido profundiza esencialmente en tres problemas:

  1. El cosmogónico, sobre el origen del universo.
  2. El físico, sobre la estructura de la materia.
  3. El antropológico, sobre la naturaleza humana.

Los tres argumentos hallan correspondencia con otras partes en las que es posible subdividir la obra, y a las que se les añade el prólogo.
El Timeo es una de las obras de Platón cuya autenticidad viene avalada por una unanimidad de criterios inversamente proporcional a su interpretación consensuada. Su mismo autor señala como fundamentación tres fuentes limitantes a todo intento de aproximación y comprensión consecuente.

Limitación implícita en el objeto de exposición

Timeo describe el objeto a tratar como sensible, opinable, y en cambio permanente sin alcanzar nunca el ser. Y es que la Cosmotoligía a dilucidar traspasaría la unidireccionalidad de un ámbito racionalista y exclusivista, y por tanto excluyente.

Limitación implícita en el propio discurso

A pesar de la calificación del relato como probable por parte del orador principal, hallará consecuentemente su limitación expositiva en su mismo contenido, el cual trae parejo la exclusión de todo carácter tendente a la objetividad y exactitud, más propios de la cotidianidad con que se ven revestidas otras esferas del ser. Pero no por ello deja de ser plausible su exposición al tratarse de un intento de aproximación de lo sensible a lo intengible, aunque para ello debamos resignarnos además a la ausencia de clarificación de los principios implícitos en el propio discurso.

Limitación implícita en los potenciales receptores

Finalmente serán también los oyentes y su predisposición formativa, los que posibilitarán o denegarán la recepción de aquello que se desea transmitir. El hecho de que los participantes en el diálogo sean considerados por Sócrates como versados suficientemente en el conocimiento requerible para aprehender lo expuesto, nos da a entender que nos encontramos ante una obra que no va dirigida a un público general, siendo innecesario añadir que su imposibilidad no nace de un ocultamiento o exclusividad malintencionados, sino de las limitaciones anteriormente expuestas.

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