En el 399, a la muerte de Sócrates sus discípulos se
dispersaron y algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas. Ninguna de ellas
representa el genuino pensamiento de Sócrates sino que desarrollan con
autonomía algunos de los temas cuyo tratamiento iniciara el maestro a lo que
agragarían numersos elementos tomados de los sofistas e incluso de los
filósofos presocráticos.
La enseñanza de Sócrates, sin formar una escuela en el
sentido propio de la palabra, dio origen a escuelas múltiples y muy diferentes
entre sí, en relación con la manera de apreciar la enseñanza del maestro, y en
relación también con el carácter y circunstancias especiales de sus oyentes.
Algunos de estos eran de avanzada edad, y vinieron a su escuela con opiniones y
convicciones científicas formadas ya de antemano, como Cherefón, Antístenes y
Gritón. Había otros, que, si acudían a las lecciones de Sócrates, era solamente
con fines políticos, y con el deseo de aprender el arte de gobernar, o, mejor
dicho, de dominar a los hombres, como Jenofonte, Cricias y Alcibíades. Así es
que su maestro, el cual poseía a maravilla el arte de atraer los hombres,
comunicándoles a la vez provechosa enseñanza, cuando se entretenía con estos,
enderezaba sus discursos a sus fines e inclinaciones personales, discutiendo
sobre el fin y constitución del Estado, sobre la democracia y la aristocracia,
sobre las leyes y la constitución social.
Blog hecho por alumnos de 6° K
INTEGRANTES:
Ana Janithza Cordero Hernandez
Sergio Avalos
Ricardo Duarte Murillo
Ricardo Duarte Murillo
Luis Flavio Gaytan Vargas
Oscar Alejandro Guitierrez Dominguez
Paloma Lizardo Briseño
Jesús Santiago Valadez Goytia
Jesús Santiago Valadez Goytia
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